Hoy la Hermandad se queda huérfana de Hermano Mayor,
Domingo ya está con sus amados titulares, esos a los que ayudó a salir de la
oscuridad del templo a la luminosidad de las calles de Niebla.
La Junta de Gobierno y con ella todos y cada uno de los
hermanos pierde una persona querida, un amigo, un valiente que rescató este
proyecto del que sentirse más que orgulloso, por eso y por mucho más no tenemos
más que palabras de agradecimiento hacia nuestro primer Hermano Mayor. Te
marchas apresuradamente y dejándonos un vacío difícil de cubrir, pero con los
deberes bien hechos. Estamos seguros que los próximos Miércoles Santos nos
seguirás observando desde un balcón más privilegiado que el de la calle Real,
un palco de honor que compartirás con todos y cada uno de los hermanos que ya
te acompañan y que admiran tu legado.
En este tránsito terrenal te seguiremos recordando y
agradeciendo tu generosidad para con una Hermandad que no se habría hecho mayor
sin que tú le hubieses ayudado a caminar.
Gracias siempre y pide por nosotros a la Señora y al
Nazareno, ahora que gozas de sus rostros.
Primera salida de la Virgen,
año 1997